
Una familia es un grupo de personas que está unida por lazos de parentesco. Los lazos de parentesco se establecen entre las personas a través del matrimonio o por líneas genealógicas como por ejemplo los vínculos entre madres e hijos. El matrimonio es una unión sexual entre dos personas adultas que es reconocida socialmente. Dentro de la familia se pueden diferenciar la familia nuclear y la familia extensa. La familia nuclear se compone de dos adultos que conviven juntos con sus hijos ya sean propios o adoptados. La familia extensa es cuando además de los miembros de la familia ya mencionados, otros parientes conviven también en el mismo hogar.
En cuanto al matrimonio, en el mundo occidental es ilegal que una persona este casada con más de una a la vez. Esto se llama monogamia. En otras sociedades sí que está permitida la poligamia. Esto es cuando un hombre puede estar casado con más de una mujer a la vez.
A lo largo de la historia, la vida familiar ha ido evolucionando. Una familia del siglo XXI no vive igual que una familia del siglo XVI o XIX. En el desarrollo de la vida familiar se distinguen tres fases desde el siglo XVI hasta el XIX según el sociólogo histórico Lawrence Stone. En la primera fase el tipo de familia más común era muy parecido al que conocemos hoy como familia nuclear pero muy integrada en las relaciones con otros parientes. El sexo dentro del matrimonio solo se consideraba el medio para procrear. Normalmente la gente no era libre de elegir con quien se casaba, si no que dependían de los intereses de sus padres.
La segunda fase empieza a principios del siglo XVII hasta el siglo XVIII. La familiar nuclear empieza a ser más independiente respecto al resto de familiares. Se empieza a dar importancia al amor dentro del matrimonio y al amor de los padres a los hijos pero también aumenta el poder de la figura del padre.
En la tercera fase la familia es un grupo unido por estrechos vínculos emocionales. Aparece el concepto de individualismo afectivo: la formación de parejas sentimentales basadas en la libre elección de los individuos y guiadas por el amor o la atracción sexual.
Con la evolución de la familia y el matrimonio, también nos encontramos con un fenómeno que se hace cada vez más común en nuestra sociedad occidental: el divorcio. Durante muchos siglos se ha considerado que el matrimonio era algo indisoluble. De hecho, las primeras leyes de divorcio que no consideraba a ninguna de las partes “culpables” se aprobaron a mediados de los años sesenta. El divorcio influye en la vida familiar, sobre todo en la vida de los niños que muchas veces tienen que vivir a caballo entre dos hogares, convivir con padrastros o madrastras, etc.
Hay varias razones por las que el divorcio está en aumento. Esto no siempre significa que las parejas sean más infelices. Actualmente el matrimonio por conveniencia ya no es tan habitual, es decir, las personas ya no se casan para mantener un estatus social o una propiedad tanto como antes. El hecho de que el divorcio ya no se considere una deshonra también ayuda a que la gente no tenga reparo a la hora de hacerlo si encuentra que es necesario.
La vida familiar no siempre son cálidas, también tienen cara oculta. No significa que en todas las familias existan estos problemas, pero sí que es importante señalarlos. El abuso sexual en la infancia es cuando un adulto realiza actos sexuales a menores que no han llegado a la edad de consentimiento. Se ha demostrado que el abuso sexual a niños es más habitual que lo que pensamos. También se señala que es más común en familias de clase baja pero que se produce en todos los niveles. Estos abusos sexuales pueden tener consecuencias a largo plazo para los que los sufren. Hay estudios sobre personas drogadictas, prostitutas o delincuentes que demuestran que un gran número de estas personas sufrieron abusos sexuales en su infancia. Además está demostrado que la mayoría de los casos de abuso sexual son por parte de hombres.
Otra de las caras ocultas de la familia es la violencia. En este aspecto también predominan los hombres. La violencia doméstica se puede definir como los malos tratos físicos producidos por un miembro de la familia a otro. Los menores de seis años son los más afectados por este tipo de violencia. La violencia de maridos hacia sus esposas es la segunda más común.
Aunque la forma más habitual de vivir sea en matrimonio o en familia, existen alternativas a este modo de vida. Existen por ejemplo las comunas, aunque no sea un ejemplo muy común. En estas comunidades todos los hombres estaban casados con todas las mujeres y todos eran padres de todos los niños. Otra forma más habitual es la cohabitación, cuando una pareja vive junta sin estar casados. Muchas parejas adoptan esta forma de convivencia como prueba antes del matrimonio. Otras formas de familia son las parejas homosexuales y las personas que viven solteras.
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